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A cinco días para que la mascarilla deje de ser obligatoria en el exterior, se hayan relajado las medidas al ocio nocturno y estemos a punto de vivir una verbena de San Juan con las playas, como las de Barcelona o Badalona, abiertas, parece que la situación sanitaria en Catalunya está mejorando a marchas forzadas.
Sin embargo, la pandemia no ha marchado y llegan informaciones que nos recuerdan que el virus todavía causa estragos en sectores que han sido intrínsecamente ligados a la lucha contra el Covid-19. Justamente esta es la alerta que hace el Col·legi de Metges de Catalunya a la hora de anunciar que el mismo Col·legi, a partir de la Fundació Galatea, ha atendido desde el estallido de la pandemia cerca de 1.500 profesionales de la salud por ansiedad, depresión, estrés postraumático e insomnio.
La Fundació, que fue creada precisamente para velar por el bienestar de los profesionales de la salud, ha advertido que la ola emocional aún no ha terminado para los sanitarios. En este sentido, el doctor Miguel Alfonso García Escudero avisaba en el XXVII Congreso Nacional de Medicina General y de Familia, celebrado la semana pasada, que vendría una "cuarta ola" relacionada con la salud mental y los casos de depresión.
"Hoy ser sanitario es ejercer una profesión de riesgo respecto a la salud mental", afirma Antoni Calvo, director de la Fundació Galatea. "Primero dominó el miedo al contagio, el miedo de no poder atender a los pacientes; después, la rabia y la frustración, y ahora, en una tercera fase, domina la desesperanza y la depresión, que son muy bloqueantes" explica.
Médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, trabajadores sociales y otros profesionales han asumido en los últimos quince meses una gran carga de trabajo, se han enfrentado a vivencias muy duras y han tenido que manejar altos niveles de incertidumbre. "Durante un tiempo fuimos los héroes de la pandemia, pero los profesionales de la salud somos de carne y hueso, y de emociones.", comenta Sandra Audi, médico de familia que pidió apoyo a Galatea.
Audi decidió buscar ayuda después de la primera ola, sobre todo para separar la vida personal de la profesional. La médico explica que se dio cuenta de que había entrado en un "huracán en el que todo era covid, covid y covid" y que incluso su hija les dijo a su marido -también médico- y a ella que siempre hablában de lo mismo, "también durante las comidas". "Se me partió el corazón", recuerda.
En su caso, explica que no le costó pedir ayuda: "Lo reconocí deprisa y, además, era muy evidente porque en casa éramos dos pasando por lo mismo". También escribió un diario personal, que le sirvió para vaciar y reflexionar sobre cómo quería afrontar la pandemia. A pesar del impacto emocional, esta médico de familia pudo continuar trabajando.
LAS CIFRAS
La Fundació Galatea ha atendido cerca de 1.500 personas a través de un servicio de teleasistencia que abrió en marzo de 2020. En algunos casos, las sesiones también han sido presenciales y en otros han intervenido psiquiatras, cuando ha sido necesario apoyo psicofarmacológico. Se han hecho más de 5.500 intervenciones y un 64% de los atendidos han recibido alta del tratamiento.
De los cerca de 1.500 profesionales, un 44% son enfermeras y auxiliares de enfermería y el 38% son médicos. En cuanto a los centros de trabajo, la mitad son de hospitales y una cuarta parte de la atención primaria.
Del total de las personas atendidas casi la mayoría eran mujeres, concretamente un 86%. Esta mayoría no ha sorprendido a los responsables de la Fundació Galatea, ya que muchas profesionales sanitarias son mujeres y, además, las mujeres suelen "pedir ayuda antes y sin tantas dificultades", indica el director de la Fundació. Al principio de la pandemia, los usuarios necesitaban de media tres sesiones, mientras que ahora son siete.
MÁS INTERVENCIONES EN EQUIPOS
Antoni Calvo, director de la Fundació Galatea, destaca que una situación que no tenían prevista es el incremento de la demanda de intervenciones en equipos multidisciplinares, muy superior a las peticiones de ayuda individuales. En 2020 se atendieron 775 profesionales a través de intervenciones en 24 equipos. En lo que va del 2021, se han hecho 18 intervenciones, que han llegado a 350 profesionales.
"Los equipos se han visto muy afectados por la pandemia. Han tenido que asumir cambios de roles, de horarios y esto puede haber creado conflictos, que se suman al cansancio", señala Calvo. Además, el director destaca que esta atención colectiva es una buena alternativa, ya que personas que tal vez no pedirían ayuda individual han recibido atención psicológica a través del grupo.
EL ESTADO ACTUAL DE LOS SANITARIOS
Calvo apunta que, ahora que la pandemia mejora gracias a la vacunación, pueden aflorar el malestar y la demanda de ayuda. "Es la paradoja de la situación actual. Muchos profesionales ya han salido de la primera línea, tan intensa, y después del esfuerzo, sienten la extenuación. No puedo más es la frase que más escuchamos".
Entre los posibles motivos de por qué cuesta reconocer los problemas y pedir ayuda, Calvo señala que los sanitarios han sido educados por "cuidar y no cuidarse" y por "entregarse al cuidado de los demás".
Otro de los motivos es el "miedo al estigma" que aún rodea la salud mental. "Hay temor de ser identificado como un profesional de la salud que tiene dificultades en la esfera mental", expone. Ahora bien, Calvo le da la vuelta y dice que cuidarse, para los profesionales de la salud, "no es una opción, sino un imperativo ético y deontológico".
También recalca que la conciencia de cuidarse para ser un buen profesional de la salud es uno de los aprendizajes que se pueden extraer de la pandemia. Pero esta responsabilidad no solo debe recaer en el profesional, sino también en el sistema, reclama.
LAS MEDIDAS
El Departament de Salut activó un programa de acompañamiento a profesionales con una aplicación que ofrece el servicio de psicología del Sistema d'Emergències Mèdiques. Desde principios de febrero, se han hecho 525 intervenciones no presenciales a sanitarios y los motivos principales de consulta han sido depresión leve, estrés, preocupaciones y miedo vinculado al Covid-19 y problemas relacionados con el duelo.
Por su parte, el Col·legi Oficial d'Infermeres de Barcelona también ha visto un incremento pronunciado de las visitas en el Program Retorn, un servicio asistencial dirigido a colegiadas con problemas de salud mental y adicciones. En 2020 el programa hizo 2.812 visitas, un 56% más que en 2019.
Algunos centros sanitarios también han promovido servicios de apoyo emocional. Según datos recogidos por el sindicato Metges de Catalunya, en los dos últimos años se han triplicado las bajas laborales entre los médicos de atención primaria y se ha pasado del 3% en 2019 al 9% en 2021 en algunos territorios, un aumento que puede estar ligado a los problemas de salud emocional.
EL FUTURO
La doctora Sandra Audi se muestra optimista y confiesa que por fin "ve la luz al final del túnel" aunque afirma que "está agotada". "Necesitamos más manos, más tiempo. Hay muchas vías de comunicación con los médicos y enfermeras, como el teléfono, el eConsulta y las Urgencias, y está muy bien, pero no damos abasto".
"Si el sistema cuida la población, nos cuida a nosotros. Si el paciente está bien, yo estoy bien. Si puedo visitarlo y pedir pruebas que se harán rápido, estaré bien como médico. La manera de cuidarnos es que el engranaje del reloj funcione", reflexiona.
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